A medida que la Unión Europea se vuelve más estricta en materia de reciclaje, los inversores pueden encontrar nuevas oportunidades en el impulso por conseguir una economía circular.
Europa se dirige a toda velocidad hacia una economía circular, con la que la Unión Europea espera no solo contribuir a la reducción de las emisiones de carbono sino también potenciar la competitividad global, promover el crecimiento económico sostenible y generar nuevos puestos de trabajo.
El reciclaje resulta importante a la hora de “cerrar el círculo” (close the loop), creando una economía circular capaz de recuperar tantos recursos como sea posible.
Aunque el conjunto de la UE se esforzará por cumplir los nuevos estándares, en los últimos años algunos países europeos han logrado muchos más progresos que otros a la hora de desarrollar sus capacidades de reciclaje. En Alemania, país que no es solo un líder europeo sino también un líder global en materia de reciclaje, las máquinas expendedoras inversas han dado lugar a una especie de deporte nacional, en el que muchos jóvenes y adultos participan en la recogida de botellas de plástico a cambio de dinero. Este fenómeno ha generado un impresionante porcentaje de recogida del 95% de los envases de tereftalato de polietileno (“Polyethylene terephthalate” – PET) a escala nacional. Evidentemente, los proveedores de estas máquinas han tenido muy buenos resultados, tanto en términos de rentabilidad como del precio de sus acciones.
Cada vez más países están introduciendo planes de devolución de depósitos para promover el reciclaje por parte de sus consumidores. Ésta es una tendencia que se va a mantener, debido a los estándares más rigurosos introducidos en 2019 en virtud de la Directiva sobre Plásticos de un Solo Uso de la UE (“Single Use Plastics Directive”). La legislación establece un objetivo de recogida de botellas del 90% para todos los Estados Miembros en 2029, así como el requisito de que todas las botellas de plástico contengan un mínimo del 25% de plástico reciclado (rPET) en 2025.
Los países en los que los porcentajes de reciclaje del plástico desechable no sean todavía suficientemente elevados, como Francia, Portugal y España, deberán solicitar la asistencia de empresas “facilitadoras” que les ayuden a cumplir a tiempo estos objetivos de la UE. Al igual que la brecha de reciclaje relativa al reciclaje de los residuos municipales, este hecho generará nuevas oportunidades comerciales para los proveedores, que los gestores de activos deberán ayudar a identificar para sus clientes, lo que hará que la transición hacia una economía circular resulte rentable para el medio ambiente, las comunidades y los inversores.