Ziclos Circular Economy diseña y gestiona proyectos de economía circular en la industria textil. Hoy, hablamos con Francisco J. Iglesias, CEO de Ziclos Circular Economy, profesional del sector de los residuos con amplia experiencia en la elaboración y desarrollo de proyectos de gestión de residuos y Economía Circular.
¿Quiénes son los agentes involucrados en la transición hacia la Economía Circular?
Para Francisco Iglesias, los agentes involucrados en la transición hacia la Economía Circular son las administraciones, las industrias y los propios ciudadanos. Según varios estudios, el textil supone aproximadamente el 10% de los residuos que llegan a vertedero en España. Hay empresas que han tomado la iniciativa de la recogida de prendas en sus propias tiendas, pero son las administraciones las que deben promover la implantación de sistemas de recogida selectiva y que funcionen de forma adecuada. Por último, los ciudadanos debemos implicarnos en depositar las prendas en los contenedores adecuados o en aquellos comercios que ya tienen estos servicios implantados.
¿Cómo es el proceso de economía circular en la industria textil?
Debido a que el equipo de Ziclos Circular Economy, desarrolla y gestiona proyectos de Economía Circular en la industria textil, Francisco J. Iglesias, nos habla del proceso.
En primer lugar, nuestros clientes nos solicitan una recogida de prendas que, por algún motivo, han tenido que ser retiradas de la venta y no es posible su introducción en otro mercado de segundas calidades.
En función de la solicitud y el tipo de prendas, evaluamos la reciclabilidad y decidimos el destino. Lo más habitual es el envío a procesos de reciclaje.
Ahí, el proceso consiste en recortar los diferentes componentes de cada prenda que pueden ser reciclados. Una vez hecho esto, una parte se destina a la fabricación de hilo, otros componentes van hacia la fabricación de aislamientos para la industria de la construcción o el automóvil, un tercer elemento son componentes no textiles que se pueden reciclar en otros procesos y, por último, queda un resto al que todavía no se le ha encontrado una solución para su reciclaje (determinados tejidos, etiquetas interiores, etc.) que se destinan a un vertedero autorizado para residuos industriales.
En líneas generales, estamos recuperando el 70% de la prenda, pero todavía nos queda un 30% no reciclable con los procesos actuales para el que estamos tratando de buscar soluciones.
¿Qué soluciones tienen los agentes contaminantes de la industria textil?
Sabemos que los agentes contaminantes de la industria textil son principalmente las cantidades de agua necesarias para el cultivo de tejidos, el traslado de estos productos y los tintes. Francisco J. Iglesias opina que, en primer lugar, la industria tiene que trabajar para que los procesos de fabricación adopten las mejores prácticas posibles para disminuir al máximo el agua y todos aquellos elementos que supongan un impacto negativo en el medio ambiente. Hasta hace no demasiados años, se veían ríos de colores por culpa de los tintes y otros elementos de la industria textil. Es posible que esto siga pasando en países en vías de desarrollo y es necesario que la industria imponga en todo su ámbito la correcta gestión medioambiental de los procesos. Debe fomentarse, además, la producción local y, por último, el proceso de reciclaje tiene que ser, también un factor muy importante. Actualmente se considera que entre un 80 y un 90% de las prendas no se reciclan. Esto no se puede permitir. Es una pérdida de materia prima inmensa cuyo aprovechamiento ahorraría ingentes cantidades de agua, consumo energético, huella de carbono, etc. En esto consiste la Economía Circular. Tiene que ser un ciclo.
¿Cuáles son las claves para que la transición a la economía circular en el sector textil funcione?
A pesar de que hay movimientos que fomentan la reducción del consumo de prendas y que son admirables, la realidad es muy tozuda y todos los parámetros están indicando que el consumo de prendas se sigue disparando en todo el mundo. En mi opinión, la única solución es el control sobre el ciclo completo de las prendas. Que los países desarrollados dejen de enviar las prendas que ya no utilizan a los países en vías de desarrollo, sabiendo que esas prendas el día de mañana van a acabar en vertederos sin ningún tipo de control y coartando el desarrollo de la industria local. En esto, las administraciones tendrían mucho que decir.